La ausencia del objeto NBP , me ha llevado a pensar en una metáfora del mismo ( transporte Publico) ; haciéndolo un objeto maleable en escala , ahora contiene centenares de cuerpos -Pesos.
Cuando llego el correo a mí, La imagen del NBP conteniendo los mejillones fue importante porque inicio mi relación con NBP y fue catalizador de mi “materialidad de pensamiento”.
Mi cotidianidad es el desplazamiento, la rutina me obliga a moverme hacia lugares o más bien debería decir a “no lugares” , en este punto me refiero al transporte público y para ser más exacta al transmilenio. El transporte es ese sitio de la ciudad el cual nunca podemos nombrar porque siempre tiene forma cambiante : estamos en la calle 145 , al siguiente minuto estamos en la calle 127 y después en la avenida corboda ..etc. Entonces, ¿dónde estoy? Podría responder en el bus , pero esta respuesta parece develarme un objeto, una forma, no un lugar ¿Qué no lugar es este objeto con ruedas que contiene mi cuerpo?
En ese “no lugar” estoy en el tiempo de la ciudad, que obliga a realizar un paréntesis a sus ciudadanos mientras que llegan a sus destinos para de nuevo ocuparse de sus cuerpos. Y es que el cuerpo del ciudadano se desplaza entre la voluntad y el desdén.1*
El bus transmilenio que parece funcionar como un contiene a todos estos cuerpos de la manera más abrupta posible pero crea unas situaciones entre los individuos que por momentos construye vida pública a través de la intimidad corporal:
Cuando se entra al transmilenio la postura obliga a empujar para que los volúmenes entren en este “contendedor”, es un cuerpo voluntarioso e imponente, agresivo y competitivo. El individuo controla sus formas, su peso hacia un solo objetivo: entrar. Sin embargo esta es solo la ante sala de una finitud de posturas variables.
La fuerza infringida por el cuerpo propio, se deja ahora arrastrar por fuerzas mayores de otras personas. Es entonces, que el cuerpo se vacía de voluntad y se tambalea entre la fricción de las vestiduras. Buscando un espacio dentro de este contenedor, se esmera por un reposo donde pueda repeler cualquier contacto demasiado cercano con otras pieles. Sin embargo el afán y la exigencia de la vida citadina en tanto tiempo es igual a rapidez ; hace que nuevos cuerpos entren con más fuerza a esta masa y los ya contendidos se rodeen en cercanía , que en otros lugares solo se tendrían con personas filiales.
Aquí el desconocido, es ahora materia de exploración obligada para el cuerpo y la relación con su peso se hace inherente, el ambiente impregna de miedo a esta masa, miedo a la vulnerabilidad de la individualidad, de mi… de mi… de mis brazos, de mi barriga, de mi torso. Lo que genera la torpeza de movimientos dentro de esta masa, golpes, rasguños etc.
Las percepciones del cuerpo rodeado de los otros se hacen incomodas y rechazan cualquier descanso de peso ajeno sobre uno. Hasta cuando se comienza a entender como un dialogo de las partes físicas. El roze de cabello en el rostro, el equilibrio de dos espaldas opuestas, el apoyo del antebrazo en otro. Se entrega y recibe peso, para hacer más cómodo y equilibrado el viaje. Después de un tiempo, la familiaridad con el extraño se manifiesta por segundos , y es entonces cuando los cuerpos se vacían, son cuerpos líquidos y uno es pensamiento , es masa … no me ocupo de mi cuerpo porque este inicia desde el exterior , no hay límite para el mismo
Sin embargo, estos estados líquidos se solidifican en menos de micronesimas de segundos y tenemos de vuelta choque agresivo de los pesos, la fractura de los cuerpos … este es el momento que aborrezco (ósea la mayoría del viaje) y con afán atravieso las puertas del contenedor diciendo: Somos cuerpos indiferentes.
Apunto , que después de esta experiencia la imagen de los mejillones me era tan familiarmente desconocida:
¿Cómo convivían estos mejillones? ¿Cómo hacían para ser uno y unidad? ¿Era el contenedor? ¿Cómo se contenían unos a otros?
Además de la frase había en el e-mail: El objeto es MUY pesado y grande.
IDEA:
Pequeños moduladores sonoros pegados a mi cuerpo, que cuando entre al transmilenio suenen por el choque y fricción de los cuerpos. Registrar la acción. (mi horario común)
1*
El VERTIGO DE LA SOBRE MODERNIDAD: no lugares , espacios públicos y figuras sobre el anonimato. Adolfo Vásquez Rocca
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